( En la imagen una recreación virtual de la nueva sede de Aralar)
Me cuentan mis “fuentes” en el Tibet que los monjes budistas de Lhasa andan preocupados por las nuevas aficiones del okupa tibetano que harto de perseguir espías e infiltrados argentinos por derecho de pernada se dedica estos días al noble deporte de la okupación.
Como amenaza con hacer una nueva visita a las cumbres del Himalaya ya están cambiando las cerraduras de las celdas no vaya a ser que con el futuro político incierto que le espera decida dedicarse a la meditación transcendental y se quede con la celda de algún humilde lama que, confiado él, le de alojo en el monasterio.
Por si acaso, y en evitación de males mayores, el Dalai Lama creo que ya ha registrado como suya propia la marca “budismo”…
Patxi Txungur
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