martes, 7 de octubre de 2008

LAS MUJERES Y LOS NIÑOS PRIMERO…

Esta, que era la sana tradición marinera en caso de naufragio, parece que no vale para la política y mucho menos para el partido mayoritario de Navarra, me estoy refiriendo, por supuesto, a UPN que, quizás animada por el bizarro ejemplo de su vicepresidente económico en las procelosas aguas del pantano de Itoiz ha decidido saltar de la barca al noble grito ¡de maricón el último!…

Salta a la vista que a pesar del rifirrafe actual, la ubicación más lógica y más cómoda para las huestes de Sanz es la del matrimonio perpetuo, como Dios manda, con la derecha española, pero…, en esta vida todo tiene un pero, esto solo vale cuando la oposición es la izquierda española. Ya hace cinco años que a ese buque político idílico que tanto les había costado construir le empezó a salir una vía de agua. Al principio la vía era pequeña y presumiblemente fácil de tapar, pero poco a poco ha ido creciendo hasta que el pasado agosto estuvo a punto de hundir la nave sumisa, anodina y mercantilista en la que han convertido a Navarra. Nafarroa Bai ya no es un experimento puntual, se ha instalado definitivamente en la política navarra y la barca pepera ha dejado de ser útil.

Es hora de construir una nueva nave que al estilo Titanic, a ver si hay suerte, sea insumergible, y armar ese buque pasa indefectiblemente por el divorcio, el acercamiento al PSOE, con estos como son de izquierdas no hace falta casarse y basta con las relaciones “esporádicas y discretas”, y en eso estamos.

Pero para que se de esa situación de monopolio de poder y “secuestro” de la democracia que se está intentando en Navarra, va a dar exactamente lo mismo a quien voten los navarros que seguirán gobernando los mismos, tienen que concurrir circunstancias especiales, circunstancias que permitan que lo que sería una excepcionalidad en España sea la normalidad en Navarra, circunstancias que permitan que Navarra sea la única comunidad que no ha votado su estatuto de autonomía, circunstancias que permitan que la izquierda y la derecha se entiendan en base a criterios territoriales y no sociales, circunstancias que permitan marginar políticamente a un tercio de la sociedad navarra…

Y esas circunstancias no son otras que la famosa “cuestión de estado”. La presencia política de ese sector, hoy marginado que aglutina Na Bai, pondría sobre el tapete la consideración de Navarra como sujeto político, Navarra dejaría de ser objeto de cambalaches madrileños y pasaría a ser dueña de su futuro. Solo eso explica que un partido presumiblemente de izquierdas pero profundamente nacionalista español, como el PSOE, sacrifique su doctrina social en altar regionalista y que un partido desideologizado como UPN pueda soltar lastre por estribor para garantizarse el control de la nave.

El panorama para los que creemos en el derecho y la capacidad de los navarros de decidir por si mismos sin tutelas externas, que ya somos mayorcitos, empieza a ser el de siempre, el de la patera en el mejor de los casos o a ejercer de Michael Phelps en el otro. Pero si es verdad que nos queda un consuelo y es ver la carita que se les está quedando a todos los que jalearon desde sus tribunas mediáticas madrileñas al lehendakari foral y a todos aquellos que protagonizaron la gloriosa marcha de afirmación de españolidad y navarridad que con tanta alharaca organizó.

Antes “vendían Navarra”, ahora van a vender al PP…

Es lo que tiene tratar con “fenicios”.

Patxi Txungur