No se crean que es fácil ser tan previsible como este
gobierno del PP que nos ha tocado en el sorteo electoral cuatrianual y menos
cuando a uno le llega la mierda al cuello y le impide hasta balbucear cuatro
excusas medio creíbles…
Acabados los fastos futbolísticos que siempre son un buen
perchero donde colgar soflamas patrióticas, visto que los nadadores hispanos
bastante hacen con no ahogarse en cada prueba y que el Eurobasquet de cada
verano tiene poca pinta de enfervorecer a las masas y menos con las ausencias
de los catalanes, el montenegrino y el congolés, todos ellos de Lavapiés, por
supuesto, aparcado el siempre socorrido ¡ Que vienen los vascos ¡ no va a
quedar otra que desempolvar el manual clásico…
Cuba, la morería y, por supuesto, la pérfida Albión,
tema recurrente desde que al inútil del Felipe II le dio por talar media España
para rebajar la profundidad de las aguas del canal de La Mancha.
Y aquí estamos otra vez al noble grito de Gibraltar eggpañol
en vez de intentar repatriar la pasta que Luis El Cabrón desvío sutilmente a
tierras helvéticas y otras latitudes más cálidas plagadas de mulatas
cimbreantes. Curioso que a nadie se le haya ocurrido acordarse de tan helvética
confederación donde probablemente se le hayan perdido a los españoles bastantes
más cosas que en la roca de la costa gaditana.
Lástima que a estas alturas a los únicos españoles que no
les importa un cojón Gibraltar sea a los propios gibraltareños, en la esperanza
de poder dejar de serlo…
Patxi Txungur
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