lunes, 19 de septiembre de 2011

EL CUTO DIVINO Y EL SANTO HOSPITAL



Mira que suelo tener afición a ponerme poético, a la metáfora romanticona y al soneto jocoso, pero nunca se me habría pasado por la cabeza equipar las cuentas de Navarra a un cuto, y menos celestial...


La verdad es que entre los peajes en la sombra y los secretos de ibérico va a ser que no es fácil distinguir, entre las morcillas y los decretos de UPSN tampoco es que haya una diferencia muy nítida, tampoco resulta fácil diferenciar entre el precio del pernil de Joselito y el del asfalto del Circuito de Los Arcos, por no hablar del papel preponderante que tendrían que tener la Txistorra de Arbizu y las magras con tomate en el Museo de Los Sanzbarcines, pero nunca se me habría ocurrido tan gastronómica, y sobre todo suculenta, metáfora. Y eso que dada mi afición y devoción debiera ser lo primero que se me tenía que haber pasado por la cabeza.


Pues no, han tenido que ser las brillantes elucubraciones de Roberto y Alvaro; los vices de la Señora, en sede parlamentaria, a este paso se van a convertir en el Zipi y Zape de la política floral o en el Mortadelo y Filemón, que a fin de cuentas ya están creciditos, los que hayan conseguido iluminarme.


Tampoco es que sea muy extraño porque si las cuentas navarras están en manos de estos figuras y son ellos los que compran los números que a nadie le extrañe que el cuto divino acabe en el Santo Hospital, y que me perdone la insigne institución tafallesa...


Lo que no tengo muy claro y dado el estado en que van a dejar Osasunbidea, y como dijo un atónito parlamentario de la oposición en el fragor de la rifa, si no estaría mejor en Lourdes.


Patxi Txungur