Parece que a Aralar y a Txentxo Jimenez, en concreto, no le
hacen mucha gracia los criterios de selección de Onda Vasca para sus debates
políticos y andan indignados por la no invitación a su grupo en el de la noche
pasada.
Será que sus andanzas en las cumbres del Himalaya y su
lejanía o el mal de altura, que todo pudiera ser, le impiden ver que ese grupo
para el que reclama presencia radiofónica no existe, a lo mejor por su estrecha
colaboración para cargárselo o será que piensa que una radio es algo así como
la extensión de su oficina de prensa y sus estudios un lugar adecuado para
pasear palmito en vez de el espacio adecuado para que se escuchen todas las
opiniones, pero una vez que si no el oyente se aburre y cambia el dial.
Será que no ha oído ese sabio refrán que dice que lo bueno
si breve, dos veces bueno o será que simplemente le gusta oírse y grabar sus
intervenciones para pasárselas a los colegas de Treking en las solitarias
noches de Katmandu.
Sea como fuere, no estaría de más que presentase su
reclamación en la Herriko más cercana y ya que aportan casi la mitad del grupo
les dejen hablar de vez en cuando.
Afortunadamente las radios se manejan por el sentido común y
la paciencia de sus oyentes no por el reglamento del Parlamento al que tanta
afición le han cogido las huestes de Zabaleta.
En todo caso, Txentxo, los caramelos de uno en uno que de
dos en dos tienen cierto riesgo de atragantamiento….
Patxi Txungur