viernes, 7 de noviembre de 2008

LOS “BUJEROS” DE LA ESTRATEGIA DEL QUESITO.

No se lo podrá ni creer el ilustre cátedro, el preclaro líder corellano, pero después de darle un montón de vueltas le he encontrado más "bujeros" que al golf de la Ulzama, y al menos cuatro con green y bunkers, a la archiconocida estrategia del quesito.

Lejos de garantizarle a él y sus amigotes el control del Cortijo floral para los restos, hasta que las ranas críen pelo o hasta que salga el sol por Antequera, lo más normal es que el quesito se le atragante y la cosa acabe en indigestión, y se lo habrá merecido, por glotón.

BUJERO nº 1. La lideresa entrante.

Que como es bien sabido intentará recomponer el pacto con el PP en cuanto asuma el control. Dado que los autores intelectuales del fromage no lo podrán consentir, pues serían loncheados al momento siguiente para aliñar la fondue con las criadillas del corellano, la servirán de postre en el Congreso de Primavera, con lo que además de arruinar su pastel electoral conseguirán su fuga al abrigo de las lanas menos latxas y más merinas del PP. Cosa esta que conseguirá dividir el quesito liberal en dos partes más equitativas.

BUJERO nº 2. La parienta despechada.

Es lo que tienen las legítimas cuando se les da la patada en el culo para irse con otra más joven, más marchosa y con las perolas más tiesas. Que contratan un abogado, se van al Juez y te sacan hasta las entretelas. ¿Y si a Sanz no le salen las cuentas y el Juez-electorado le concede a la legítima la mitad o más en concepto de gananciales? ¿Y si no le llega la cartera para pagar los caprichos de la recién adquirida?

BUJERO nº 3. La querida pendona.

Es lo que tienen las queridas, que son un poco veletas, y esta que se ha buscado el corellano a fe que lo es, y mucho. Y más cuando el querido es abuelete y no le llega la cartera ni el instrumento. Además la que se ha buscado es aficionada a los caprichos caros y cambia más de hombre que de ropa interior.

BUJERO nº 4. El coitus interruptus.

Pero si todo sale bien y se consigue dejar a la legítima con una mano delante y otra detrás y, al abrigo de una buena cartera, promesas de fidelidad eterna del bomboncete entrante, puede ocurrir que con las aficiones de esta a los viajes exóticos con destino a países norteafricanos del estilo de Argelia o a los fines de semana en Casas rurales giputxis, conozca a un moro o a un morrosko de Loyola, y el polvete floral se quede en “coitus interruptus”.


Patxi Txungur