lunes, 10 de agosto de 2009

YOLANDA I “LA TEMBLONA”.

La reciente trifulca municipal entre la otrora corte de aduladores de S.M. Doña Yolanda va camino de afectar directamente al egregio personaje, si esta no consigue poner orden en el “gallinero municipal”.

No lo tiene fácil la nueva reinona regionalista, a la vista de la locuacidad que le ha entrado al corellano universal ahora que ya no se siente atado por la responsabilidad.
Ya está deseando Doña Yolanda que empiecen las fiestas de los pueblos y así, entre abadejadas, potxadas, txistorradas, calderetadas y sus correspondientes y cuantiosos riegos vaya olvidándosele el preboste saliente tocar los caprichos de su presidenta, día si y al otro también.

¿Qué será que tiene la situación de ex, que desata la lengua más que los caldos de Olite?
¿Qué tendrá la censantía, que los vuelve jippys y sobre todo mas pesaos que llevar un cuto en brazos y más molestos que una mosca cojonera? Y este, por lo menos, no se ha dejado melena.

Pero dejando al margen los cinco minutos que le hubiera durado a Sanz, el Presi, Sanz, la Transfu, lo que empieza a resultar excesivo es la tardanza de la Alcaldesa que no tiene fama precisamente de ser templada ni excesivamente dubitativa en el arte decapitatorio. A no ser que asumida su condición mayestática futura piense al estilo real de la monarquía pamplonesa dotarse de sobrenombre y apodo para su posterior pase la los anales del Reyno.

¿Y que mejor calificativo que “La Temblona” mecida por el viento como las delicadas flores primaverales que su sola presencia evoca?

O será, más bien, que como el mítico Sancho temblaba de rabia antes de entrar en batalla, solo de pensar los mandobles que iba a repartir entre las huestes enemigas, ya fuesen estas los herejes musulmanes nabaizales, los invasores castellanos sociatas o los traidores aragoneses populares…

O es que a ella el que no le duraría ni cinco minutos seria Sanz, la transfu no, el Presi…

O eso o que al que le están dando unas ganas de darle una ostia, pero una buena ostia, un ostión… es al propio Migueltxo… y por eso tiembla la princesa?

Patxi Txungur