lunes, 16 de marzo de 2009

LA DELGADA LINEA ROJA

“La recompra de los derechos edificatorios de Guendulain no pretende enriquecer a nadie ni darle dinero gratis a nadie". "Sé que se ha insinuado eso por parte de algunos grupos y de algunos otros entes. Eso no va a ocurrir y como alguien sobrepase una determinada línea roja nos veremos en otros sitios, en los tribunales de justicia, porque la honestidad de este partido no la pone en cuestión nadie". (Roberto Jiménez, Cocinero Floral y presunto socialista)

El “guisote de guendulain” lleva camino de convertirse en el estofado de año si alguien no lo impide, y es curioso pero el cocinero encargado del asunto no va a ser el habitual; el corellano, hábil en la elaboración del calderete pero al que guisos de este tamaño parece que le superan.

Tampoco va a ser Alli, experto consumado en la “nouvelle cousine inmobiliaria", pero no menos experto en quitarse de en medio cuando los ingredientes del cocimiento no responden a normas Standard de calidad, y eso a pesar de que no estuvo muy lejos cuando su delfín Burguete hizo la “compra”.

Tanto uno como otro tienen ya un tanto aburrida a la parroquia y sus “guisos” resultan bastante repetitivos por lo que la patronal gastropromotora ha decidido abrir una nueva vía y dar la alternativa a un nuevo cocinata, alguien joven, sin experiencia y capaz de encandilar al respetable con sabores y aromas sorprendentes.

Pero es lo que tiene el haber elevado el meneo de pucheros a la categoría de arte, que los nuevos Cheffs ya no están para zarandajas de la clientela. Los antiguos, si algún cliente les devolvía el plato, sacaban la mejor de sus sonrisas y lo sustituían por otro peor y más caro, un poco de vaselina, un mucho de sonrisa y una alusión a que peor se come en la sidrería de al lado, y los clientes por el aro.

Pero este va a ser que no… este va a poner una línea roja en la puerta del comedor y el que salga sin haberse comido todo el plato, ojo no se le ocurra hacernos repetir, rebañando hasta la última gota de salsa, alabado el servicio (profesionalmente aportado por UGT y CC.OO de smoking y pajarita, y con la medalla en la pechera), repetidas las excelencias socialistas de la cocina y el Cheff y pedido postre (no hay problema que ya se les ocurrirá alguno), a ese, a ese… lo deja sin cenar.

¿Qué es eso de poner en duda la calidad del guiso? ¿O la habilidad del cocinero? ¿O la calidad de los ingredientes? ¿O protestar por la cuenta?.

A tragar, a pagar y a callar…

Y si no, siempre les quedará Gayarre…

Patxi Txungur